En las últimas décadas se ha escuchado hablar mucho sobre las grasas “malas” para el corazón, pero realmente sabes ¿cuáles son esas grasas? ¿qué alimentos las contienen?
Los lípidos, o mejor conocidos como grasas, tienen funciones muy importantes en el organismo, por ejemplo ayudan a la absorción de vitaminas como la A, D, E y K y regulan la temperatura corporal. Existen tres tipos de grasas: las saturadas, las insaturadas y las trans.
Las grasas saturadas, en un consumo excesivo, elevan los niveles de colesterol malo (LDL) en la sangre lo que incrementa el riesgo de enfermedades cardiovasculares y accidentes cerebrovasculares, además de un incremento en el peso corporal que puede llegar a ser perjudicial para la salud.
Los productos que contienen grasas saturadas, en su mayoría, son alimentos de origen animal como:
- Carne de res
- Carne de cerdo
- Lácteos altos en grasa
- Mantequilla
- Embutidos
- Tocino
- Manteca
Dentro de las grasas saturadas se encuentra el ácido palmítico, éste comúnmente lo encontramos en aceites vegetales como el de palma y el aceite de coco.
Los productos elaborados a partir de esos ingredientes (mantequilla, aceite de palma y de coco), por ejemplo: la bollería, pizzas y alimentos fritos, contienen una combinación de grasas saturadas y grasas trans, los dos enemigos del corazón.
Algunas acciones para reducir el consumo de grasas pueden ser las siguientes:
- Modificar la forma de cocinar: separando la parte grasa de la carne, utilizando aceite vegetales; cociendo los alimentos o cocinándolos al vapor o al horno, en lugar de freírlos
- Evitar el consumo de alimentos procesados que contengan un porcentaje elevado de grasas trans y saturadas
- La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera un producto alimenticios saludable cuando por ración contiene menos de 2g de grasas saturadas y no contienen grasas trans
- Reducir el consumo de alimentos con alto contenido en grasas saturadas (por ejemplo, quesos grasosos, helados, carnes grasas, etc.)
- Evitar cocinar con aceite de coco
Es recomendable disminuir el consumo de alimentos que tienen un contenido alto de grasas para ayudar a mantener un peso y corazón saludables. Hay que tomar en cuenta que un peso saludable reduce el riesgo de diabetes, cardiopatías y otros padecimientos físicos.
Si tienes el colesterol elevado (LDL) ¡Acude con tu nutriólogo para que te ayude a diseñar un programa y reducirlo!