“Si hubiese sabido que iba a vivir tanto, me hubiese cuidado más...”
Eubie Blake (1883-1983).
La actividad física se reduce con la edad y constituye un indicador de salud. La reducción del repertorio motor, junto a la lentitud de los reflejos y descenso del tono muscular en reposo, entre otros factores, provocan descoordinación y torpeza motriz. La inmovilidad e inactividad es el mejor agravante del envejecimiento y la incapacidad de tal forma que, lo que deja de realizarse, fruto del envejecimiento pronto será imposible realizar (Moreno, 2015).
Contempla lo siguiente antes de iniciar una actividad física:
- Debes de realizarte una valoración médica básica que contemple una historia clínica deportiva.
- Te deben de realizar algunas pruebas de esfuerzo para saber de dónde partir con tu programa de actividad física.
- También debes considerar que te realicen una valoración de tu capacidad cardiovascular, para detectar si hay alguna deficiencia en tus órganos vitales.
- Realizar un plan alimenticio en conjunto con una nutrióloga o nutriólogo para que no exista algún tipo de descompensación en cuanto a tu ingesta diaria de alimentos y tu aporte calórico (de energía) por día.
A continuación, te recomendamos algunos ejercicios para que contemples en compañía de tu grupo médico y de nutrición:
Referencias bibliográficas sobre este tema:
- García, M. Manual de ejercicio físico para personas de edad avanzada. Bizkaia, Esp.
- Moreno, A. (2015). Incidencia de la Actividad Física en el adulto mayor. Revista Internacional de Medicina y Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. 5(19):222-237. En línea: http://cdeporte.rediris.es/revista/revista20/artvejez16.htm
- Chávez, J., Lozano, MA., Lara, A., Velázquez, O. La Actividad física y el Deporte en el Adulto Mayor. Bases Fisiológicas. Asociación Mexicana de Actividad física y deporte para Adultos y Ancianos. México. Pp. 80-92.